Nos cuenta Francisco Jesús Medrano Silo que el Casco Antiguo de Badajoz ya no es lo que era, este propietario de la droguería – perfumería ‘El Globo’, situada en la calle San Juan, 17, lleva 35 años en esta tienda y no sabe si aguantará mucho más.
En el año 1889 abría por primera vez ‘El Globo’, una droguería y perfumería insigne de la ciudad de Badajoz. Por ella han pasado multitud de personas, épocas y propietarios, desde entonces esta perfumería de éxito ha sido traspasada de propietario en propietario, hasta que en el año 1984 se hacía con ella Francisco Jesús Medrano Silo.
Actualmente para Francisco este es su medio de vida, que poco a poco va viendo cómo se deteriora. Para él es frustrante pensar que lugares tan emblemáticos de esta ciudad que representan un estilo de vida y pertenecen a la historia de este barrio, tenga que desaparecer, lo que sucederá si no se toman medidas para revitalizar el Casco Antiguo.
El Globo es una tienda clásica de la zona centro del Casco Histórico, siempre ha estado ahí, su sitio de toda la vida, una puerta siempre abierta a una pequeña tienda, muy estrecha, alargada y de techos altos. Todos los espacios de este pequeño establecimiento están destinados para albergar productos de aseo e higiene personal, masculina y femenina. Un sin fin de productos de todo tipo que como él mismo nos cuenta, algunos no hay en otros lugares. Además, a esto hay que sumarle la garantía de ser un comercio que conoce todo el mundo desde siempre.
Si preguntas por esta perfumería, todo el mundo dirá que la conoce, Francisco se llena de orgullo al reconocernos que sin duda abuelos, padres e hijos y muchas personas conocen esta tienda. Incluso destaca que cuando regresan personas que han emigrado, una de las cosas que les llama la atención es ver que la tienda no ha cambiado.
Cada vez hay menos gente viviendo en el barrio, lo que produce menos rotación de personas y a su vez menos demanda de comercio, esta situación afecta a El Globo, Francisco ve cómo su barrio de toda la vida ha cambiado, no sabe si podrá aguantar mucho más esta situación, si le sale otra cosa cerrará esta perfumería clásica de la ciudad.
A pesar de todo esto, se muestra positivo, quizás el cariño que tiene a la tienda y el amor a esta zona, hacen que su deseo sea ver el Casco Antiguo lleno de gente, vida y energía. Sabe que ha habido etapas malas, como en los años 80 que es un mal recuerdo de una época gris para el barrio, pero se levantó y fue capaz de recuperarse de una mala situación, para Francisco aun hay fe para este cambio, que espera con deseo su revitalización.
Concluye diciendo:
“Lo único que pido es que la gente de Badajoz se de cuenta que el centro de Badajoz de toda la vida ha sido este y que no lo dejen morir, esto es un cambio que nos pertenece a todos incluidas las administraciones, comercios y ciudadanos”.