Reza un dicho popular que: “Hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno”; pues en el caso de aquellos que verdaderamente aman el Casco Antiguo de Badajoz, nuestro Barrio Alto es un lugar que queda en uno y en el que uno se queda.
Jaime Rojas López es una de esas personas que ha nacido, crecido, criado a sus hijos y trabajado en la parte antigua de la ciudad. Desde 1996 es agente exclusivo de la aseguradora Caser Seguros y no dudó en abrir su agencia en el corazón del barrio. Desde entonces, han pasado 26 años, ha ido cambiando de local, pero su corazón ha continuado atado a estas calles. “No es cuestión de negocio, he nacido en el centro, en la calle Doctor Lobato, y como toda mi vida se ha desarrollado en esta zona, elegí esta opción por tradición y porque me gusta. Compro en la zona centro, visito los bares de la zona centro y la intento incentivar”.
La calle Obispo San Juan de Ribera, conocida por todos como la calle “del Obispo”, fue la primera ubicación de su agencia de seguros, justo encima de la histórica Joyería Castellanos. Seis años después trasladó su negocio a la calle Vicente Barrantes, donde estuvo instalado nada más y nada menos que catorce años, en un local con mucho encanto y no pocos problemas, pues todos sabemos que cuando estás en el Casco Histórico no puedes olvidar que allí se encuentran algunos de los edificios más antiguos de la ciudad, con todas sus virtudes y defectos; desde maravillosos techos abovedados y puertas por ventanales con preciosos marcos de madera maciza, hasta humedades y otros animales de compañía; desventajas con encanto. Para Jaime Rojas fueron catorce años en los que su negocio vivió el cambio que todos los negocios de gestión han vivido: la era digital. “La zona y las relaciones personales eran importantes años atrás, pero a día de hoy el sector de seguros ha evolucionado, se trata de un negocio atípico en comparación con las tiendas. Con la entrada de la digitalización yo ya tengo los tentáculos en todo Badajoz, no tengo tanta necesidad de que pasen por la oficina, pero sí que en ciertas ocasiones me he visto tentado a irme a Valdepasillas, como muchos otros. Yo no tengo un negocio de pastelería o frutería, o incluso hostelería; llevo un tipo de negocio cuya vida o evolución dada la situación actual de Badajoz está en Valdepasillas. Me tira mucho y me dan ganas de abrir allí una oficina, lo que pasa es que a la hora de la verdad no quiero salir de aquí”.
Un paso que sí dio fue el de trasladarse a la calle Sor Agustina, junto a Ronda del Pilar. Una decisión que le costó tomar ya que la calle Vicente Barrantes se encuentra en su zona más querida del barrio, junto a la calle San Juan, la Plaza de la Soledad, los desayunos en La Corchuela o aperitivos en el Pepe Jerez. Pero la tomó porque era consciente de que la zona que va hacia la Plaza Alta sufre un cierto abandono en comparación con la zona cercana a Ronda del Pilar.
El Casco Antiguo continúa subsistiendo en gran medida gracias a estas personas que, como decíamos más arriba, han crecido allí, que han decidido levantar allí sus negocios, que viven su día a día en el barrio. Pero ¿está creciendo el Casco Antiguo desde el punto de vista poblacional? Jaime Rojas, como vecino e hijo de vecino y nieto de vecino, cree que “gracias a organismos como el Ayuntamiento de Badajoz, los servicios económicos, el catastro, la rehabilitación del Hospital Provincial, la cultura, las actividades de ocio, la hostelería…Todo ello está creando un pequeño auge generacional, vemos gente nueva en el barrio, pero no es un crecimiento significativo. Badajoz está creciendo desde la zona de El Corte Inglés hasta Valdepasillas”.
Lo que está claro es que nuestro entrevistado forma parte de esa “Resistencia”, de aquellos que luchan por dar vida al barrio manteniendo su negocio, apostando por él en el día a día sin pedir nada a cambio, o casi nada: “Nos tendrán que poner una estatua si llegamos vivos cuando nos jubilemos”.