En Barrio Alto nos gusta hablar sobre la #Resistencia en el Casco Antiguo; una resistencia que para nosotros la encarnan los que verdaderamente apuestan por el barrio, los que se dejan la piel en cuidarlo y mantenerlo, los que se arriesgan a seguir viviendo en él sin plaza de garaje, aunque a veces les entren ganas de plegar sus coches y metérselos en el bolsillo o de ponerse a rezar por encontrar un hueco en la famosa falsa zona azul de la calle Juan Carlos I, siempre conocida por la calle Mayor; una calle a la que, por cierto, nos dirigimos hoy para entrar en uno de los pocos comercios que perdura desde que comenzó a despegar como zona comercial en auge, antes de que existiera la calle Menacho y, por supuesto, antes de que el centro comercial El Faro fuera si quiera un proyecto.
Pero ¿de qué comercio estamos hablando? Primero tenemos que remontarnos a diez años antes de que la calle Mayor comenzara a llenarse de comercios. Cuando el Casco Antiguo se limitaba a la zona alta de la ciudad, a nuestro querido barrio alto. En la calle Concepción Arenal, en el número 40 para ser más exactos, una joven tenía un proyecto y nada se le ponía por delante: traer a su Badajoz las mejores marcas de trajes de novia. Hablamos con Estrella Maya, una emprendedora que comenzó en su propia vivienda a vender los mejores vestidos por los mejores precios, nos cuenta que “en el año 1972 empezamos comprando a fabricantes de alta costura, en las tiendas más chics del barrio de Salamanca, los restos de colecciones que les quedaban. Esos fueron nuestros comienzos. Por aquel entonces aquí solamente había un par de boutiques o tres como máximo y se corrió la voz del tipo de mercancía que yo traía tirada de precio, unos trajes que aquí eran impresionantes y no se veían, o cuando se veían valían muchísimo dinero. Comenzamos a vender y la gente decía: “vamos a la boutique de la gitana”, y tiempo después adoptamos el nombre como nuestro. La Boutique La Gitana nos lo puso el pueblo, la gente”. Y no hay nada que nos guste más en Barrio Alto que la gente; gente como Estrella, quien forma parte de nuestra #Resistencia por ser una enamorada de su trabajo y del Casco Antiguo.
Su tienda es la tienda de novias más antiguo de Badajoz, la que más ha perdurado en el tiempo y nosotros queremos saber cuál es su secreto: “Es la más antigua de Badajoz porque los de mi generación ya no están la mayoría y los que estaban, con los problemas que ha habido de la pandemia, han desaparecido. Nuestra resistencia al paso del tiempo ha sido a base de tenacidad, sacrificio, mucho sacrificio. La gente solo ve lo que reluce, pero no siempre es oro lo que reluce. Yo estoy sola en la tienda, una tienda grande, con dos puertas, una a la calle Mayor y otra a la calle Felipe Checa, dos plantas; yo hago escaparate, limpio cristales, friego la tienda, monto y desmonto, quito y pongo, atiendo, cojo arreglos, compro la mercancía, atiendo a los proveedores…, es algo que cualquier persona asalariada no haría en la vida, pero los autónomos es lo que tenemos, hay que sacar de donde no hay y si el día tiene que tener veinticinco horas las tiene, y si tiene que tener veintisiete pues también. La tenacidad y la austeridad en momentos difíciles es la clave, lo hemos pasado muy mal pero nos hemos adaptado a lo que había”.
El sacrificio y la tenacidad está claro que podrían ser claves válidas para cualquier negocio, pero ella declara que tiene además otro hándicap del que no escapa ni con el paso del tiempo, y es su raza… “Nuestra diferencia siempre ha sido nuestro gusto, hemos sabido entender un poco tanto el gusto más rebuscado como el gusto más clásico; siempre hemos tenido de todo. Hemos tocado lo mejorcito que ha habido en el mercado, lo que ocurre es que muchas veces la gente por prejuicio nunca ha querido venir a nuestra tienda, o cuando venía es porque no tenían más remedio, porque ha existido el racismo, eso es de cajón, no es un tópico es la realidad, y todavía sigue existiendo. No les quedaba más remedio que entrar porque lo que yo tenía no lo tenía nadie, entraban y compraban. Siempre he tenido las mejores marcas del mercado nacional e internacional, he tenido diseños que no los ha tenido nadie en exclusiva para toda mi zona, algo diferente que hoy en día la gente cuando pasa dice que parece mentira que una tienda de alto standing de mercancía pueda estar en Badajoz”.
Es curiosa la evolución de una ciudad respecto a su zona comercial, ¿Badajoz ha ido creciendo o decreciendo comercialmente? Estrella nos cuenta que ellos fueron de los primeros comercios que apostaron por el lanzamiento de la calle Juan Carlos I como centro neurálgico del comercio de Badajoz: “En el 83 cuando nosotros inauguramos en la calle Juan Carlos I, donde actualmente continuamos, estábamos haciendo lo nuevo del Casco Antiguo, solamente existía Galerías Preciado, nosotros, la peletería Cristian, que ya no está tampoco, José María García, que abrió al año, Ismel y Lamagrande. La calle estaba empezando a convertirse en la zona comercial”. El objetivo era cubrir esta calle de comercios hasta Puerta Palma pero comenzaron a subir los precios y las pequeñas tiendas se desviaron a calles adyacentes, ¿qué calles eran esas? Pues lo que hoy conocemos como el Centro Comercial Abierto de la calle Menacho, siendo actualmente una zona comercial que empieza a perder lo que la calle Mayor perdió en su día, la historia se repite por ¿malas decisiones? Las ciudades crecen, pero este crecimiento debe ser bien gestionado para no dejar en el olvido el resto de zonas. La construcción del centro comercial El Faro no fue una mala noticia para Badajoz, digamos que al contrario, suponía un crecimiento, una oportunidad. Pero ¿qué pasa con los pequeños comerciantes como Estrella? “El Faro lo ubicaron en una zona que durante varios años ni los portugueses entraban si quiera. A mí perjudicarme directamente poco, porque el tipo de mercancía que tengo no está en el faro, lo que sí es cierto que la afluencia de público se ha mermado en un 80%, la gente que antes pasaba ya no pasa. Desde el año pasado parece que se está empezando a mover un poco y el portugués está volviendo a entrar porque sabe que si va al Faro las franquicias que se encuentra son todas las que hay en cualquier punto del país o de Europa, las mismas de siempre. Si alguien quiere algo para una ocasión especial tiene que venir a las tiendas pequeñas “. Está claro que la novedad es la novedad, pero una vez que conoces lo que hay, sabes a dónde dirigirte según tus necesidades, y en nuestro Casco Antiguo siempre podemos encontrar lo diferente. El problema es que difícilmente podremos elegir a dónde vamos, si a las grandes superficies o a los pequeños comercios, si los más vulnerables no pueden mantenerse abiertos…”Me encantaría que los políticos que tenemos volvieran a confiar en el Casco Antiguo y volvieran a levantarlo. La verdad es que la vida de la ciudad está en el comercio, cuando el comercio está cerrado la ciudad parece un fantasma , parece un cementerio. Deberían activarlo y ayudarnos con el aparcamiento, que es una de las peores cosas que tenemos, la gente para aparcar en el centro no tiene modo, la Policía Municipal está como un buitre esperando a la gente que se queda en doble fila para entrar en una tienda. No tenemos oportunidad de nada y no le damos a nuestros clientes la oportunidad de poder venir a ver nuestros productos, los pocos clientes que hay los acribillan con multas. Creo que deberían tener en cuenta eso por los pocos que quedamos, o muchos si la cosa se va restableciendo (que tengo fe en ello). Mi petición sería que proporcionaran más aparcamientos en el centro, que pudieran darnos aparcamientos gratuitos como han hecho en el Faro. Para eso están los políticos; para ayudar al comercio del centro, que no se mueran las tiendas con solera y caché, porque yo ya tengo mis años, pero de momento Dios me está dando fuerza y sigo para adelante”.
Quedémonos con las palabras de Estrella y apostemos por conseguir que esos comercios con “solera y caché” duren en el tiempo, que los que nacen hoy sean la #Resistencia del mañana.