Víctor Martínez Lozano es el responsable del Centro de Emergencia para personas sin hogar de la calle Bravo Murillo. Un centro que abrió sus puertas en 2020 con motivo de la pandemia, y que ha venido para quedarse. Un espacio en el que ofrecen sombra en las tardes de verano y abrigo en las noches de invierno a aquellos que no tienen otro hogar más que las calles de la ciudad.
¿Por qué en Bravo Murillo? Porque al parecer nuestro querido Casco Antiguo, nuestro centro de la ciudad, es la zona en la que podemos encontrar a más personas durmiendo en la calle… En esta entrada queremos seguir resaltando esa cara B, esa parte oculta o menos vista que tiene el Casco Antiguo de Badajoz y que protagonizan estas personas que por circunstancias de la vida se ven obligadas a vivir en condiciones de exclusión social.
¿Cómo funciona el Centro de Emergencia para Personas Sin Hogar? ¿Cuándo se puso en marcha?
El Centro de emergencia para personas sin hogar es un lugar donde se ofrece acompañamiento, seguridad, así como cubrir las necesidades básicas a las personas que carecen de hogar. De tal forma que puedan sobrellevar su situación con la mayor dignidad posible.
Tiene una capacidad de 26 personas de ambos sexos, en un horario de 17:00 a 9:00 horas. El horario de acogida es por la tarde principalmente, eso no quita que por la noche y/o madrugada venga alguien de carácter urgente y, habiendo plaza, se le preste acogida.
Se le facilita el aseo personal, acceso a ropa limpia, y se les habilita una habitación, un espacio de privacidad.
Una vez instalados, se les explican las normas de convivencia del Centro y se hace una valoración inicial de las demandas de la persona acogida.
Desde el área de inclusión de Cáritas es importantísimo el trabajo en red con otras entidades y servicios públicos para que se puedan atender dichas demandas de la forma más eficaz posible.
En el Centro de emergencia también se les ofrece orientación para que puedan, si lo desean, cambiar y/o mejorar su situación. Pudiéndoles derivar a otros recursos más específicos como pueden ser centros de atención integral, programa de vivienda y empleo, etc.
El arranque de dicho dispositivo se vio muy influenciado por la pandemia COVID-19 que sufrimos todos en el 2020. En aquel momento se habilitó en tiempo “exprés” el pabellón polideportivo de “Las Palmeras” para dar respuesta a las personas que habían viviendo en la calle en una situación de confinamiento decretado por el estado de alarma. Una vez que las normas y horarios para salir a la calle fueron siendo más laxas, ya no tenía sentido de urgencia seguir en el polideportivo, y desde Cáritas se atendieron todos los casos. Es por esto que aún había muchas personas en una situación de emergencia. Y el 26 de mayo de 2020 se llevó a cabo el traslado de las personas que dejaban de estar en “Las Palmeras” para empezar en Bravo Murillo.
¿Cómo surgió la idea de abrirlo en calle Bravo Murillo?
Es en Bravo Murillo donde se llevó a cabo “Proyecto vida”, destinado a las personas que tenían problemas de adicciones y también donde se estuvo haciendo el proyecto de “Ola de frío” en los meses más fríos del invierno.
En el Centro de Badajoz hay una cantidad bastante importante de personas que duermen en la calle.
¿Qué perfiles de usuarios atendéis? ¿Qué vínculos se crean con la asociación?
Hay un abanico muy amplio dentro del conjunto de personas que se encuentran en situación sin hogar. Hay personas que son adictas a las drogas, al alcohol… También ha crecido la demanda de personas que con una prestación no les llega para vivir de forma independiente debido a la inaccesibilidad en el alquiler de vivienda, por otro lado, hay que destacar el aumento en la demanda de acogida de personas inmigrantes. Personas que padecen algún tipo de trastorno mental.
Aunque el verdadero reto es acompañar a las personas que se encuentran sin hogar independientemente de sus adicciones, problemas, etc.
Nuestra labor lleva intrínseca cierto vínculo tanto entre personas como con Cáritas, ya que se pone énfasis en la escucha, el acompañamiento, en la orientación… Por lo tanto, con los participantes del proyecto se crean vínculos, en muchos casos, para toda la vida. Muchos participantes han estado en diferentes recursos acorde con sus demandas. Hay personas que han estado en el Centro de Emergencia, después han hecho un proceso de rehabilitación y desintoxicación en Centros como Centro Hermano o Padre Cristóbal, y después han optado por reconstruir su vida con mayor autonomía y se les ha facilitado una vivienda y posibilidades de empleo y formación.
Podemos decir que, en muchos casos, el Centro de Emergencia es el lugar de partida en la consecución de una vida más autónoma de las personas a las que se les presta acogida.
¿Por qué siendo el Casco Antiguo una de las mejores zonas de la ciudad es el barrio que más personas necesitadas reúne?
No puedo decir exactamente qué barrio tiene más o menos personas en exclusión social. Lo que sí puedo decir es que es una problemática y una necesidad real que nos atañe a todos. Es la realidad de nuestra ciudad y por supuesto del barrio. Nunca es una combinación perfecta, debido a que muchas personas que se encuentran en una situación de exclusión social extrema, y digo extrema porque son muchas personas que no tienen la voluntad de querer cambiar o mejorar su situación, y este tipo de personas, en ocasiones tienen conductas que provocan cierto rechazo de la sociedad hacia todas las personas que se encuentran en situación de exclusión social. Una forma de pagar justos por pecadores o lo que es lo mismo, provoca la estigmatización de las personas que están en exclusión social. No obstante, la ciudadanía es muy solidaria y concretamente las personas que viven en el Casco Histórico, nuestros vecinos muestran su solidaridad donando ropa incluso participando como voluntarios/as. Los cuales son un pilar fundamental en la labor que se realiza con nuestros participantes.
Los comedores sociales, que están en el Casco Antiguo, están muy involucrados en paliar los efectos que produce en las personas su situación de exclusión social.
Seguro que me quedaría a alguna entidad y/o personas en el tintero. Pero puedo afirmar que en el Casco Antiguo existe una red de equipos de personas que ofrecen su tiempo y amor a las personas que lo necesitan
¿Tu papel es vocacional?
No entendería esta labor sin vocación. En mi caso, llevo 16 años trabajando y haciendo voluntariado en distintas asociaciones y colectivos sociales.
Desde que empecé a trabajar en Cáritas, la vocación es un común denominador en las personas que estamos involucradas en acompañar en diferentes niveles. El grupo humano tanto de trabajadores, como de voluntarios es un factor determinante en poder atender las necesidades como propias. Toda mi vida gira en torno a intentar mejorar el mundo. Al menos aportando un pequeño granito de arena.
¿Cómo ves la situación del barrio en general?
El Casco Antiguo está muy deteriorado y dejado. Es voz populi y tan solo hace falta dar un paseo por el barrio para ver sus carencias y necesidades.
Muchas casas derruidas, muchos locales vacíos y más que se están vaciando ya que muchos negocios están cerrando o bien no se atreven a invertir en el barrio.
Sensación de inseguridad. Podría decir que el casco antiguo necesita un cambio bastante importante. El casco Antiguo no es una plaza o una calle, sino un lugar vivo en su totalidad y ver zonas que están bien y al lado otras derruidas resuelta bastante impactante.
¿Es el problema de la droga el principal factor desencadenante de la situación de algunos de los usuarios?
Desde luego, la adicción a la droga lleva consigo un abandono personal y social de las personas que la consumen. De hecho, el 70% de las personas que se les presta acogida en el Centro de Emergencia son adictas a las drogas, principalmente cocaína y heroína.
Esto provoca un abandono tan importante, que duermen en la intemperie, cajeros, casas derruidas u ocupadas… Es un indicativo de los estragos que provoca la adicción a las drogas en las personas que la consumen. Ni que decir tiene el drama familiar que sobrellevan los familiares de las personas con adicciones que en muchos casos llaman al Centro para buscar una solución para su familiar, que no duerma en la calle en primer lugar y ver si quieren hacer terapia para salir del consumo de drogas.
¿Consideras que hay más casos de personas que se reinsertan en la sociedad o más casos de exclusión social crónica?
En el Centro de Emergencia para Personas Sin Hogar hay que recalcar que es un centro de mínima exigencia, quiere decir que el principal objetivo es dignificar la situación de sin hogarismo de las personas a las que se les da respuesta, evitando que duerman en la calle y poder facilitarle regularizar y normalizar sus situaciones y derechos. Una de las funciones principales en el Centro es facilitar la posibilidad de acceso a información y poder derivar a los participantes a otros recursos sociales.
Desgraciadamente hay muchos más casos de personas en exclusión social crónica que aquellas que se reinsertan en la sociedad.