En Barrio Alto nos gusta destacar lo bueno del Casco Antiguo, pero más nos gusta destacar a los supervivientes del barrio; aquellos que se aferran a él siendo conscientes de que solo allí sus negocios tienen sentido, aunque sea desde un punto de vista sentimental, decididamente plantan su semilla, la riegan y esperan con ilusión los primeros brotes, siendo conscientes de que no todas las estaciones son tan provechosas y de que pueden llegar tempestades inesperadas.
Café La Galería es uno de esos negocios que tienen claro cuál es sitio y, aunque en los últimos años han ido cambiando de local, su corazón está en el barrio. Desde 2003 nos cuenta una de las propietarias, Marga, llevan endulzando nuestros paladares después de una buena comida en cualquiera de los bares cercanos (o no) a la calle Arias Montano nº 8, su primera ubicación y el local por el que todo pacense con un poco de gusto por el dulce ha pasado en alguna ocasión, encontrando encanto en el sitio, placer en sus tartas y arte en sus paredes, pues mientras disfrutas de sus pasteles, te entretienes con las exposiciones que cuelgan frecuentemente, destacando en especial la colectiva de Meninas (icono de esta cafetería).
Pero como decíamos al principio, este negocio es un superviviente porque ha soportado tempestades. Siempre hay un antes y un después, pues en el caso de La Galería, al igual que en la mayoría de negocios del barrio, la pandemia fue detonante de muchos cambios y reestructuraciones. Antes de que el COVID-19 arrasara con todo, este Café familiar estaba en plena ebullición; en un momento en que la cola de clientes que se formaba en Arias Montano supuso la decisión de trasladarse a un local más amplio para atender debidamente a todos los fans de sus famosas tartas, a todos los que buscaban una auténtica “Muerte por chocolate” (entre otras). Pero la pandemia llegó y frustró los planes de ampliación, había que renovarse a morir, y lo que primero fue una mudanza por ampliación se convirtió en una segunda mudanza por terraza, a la Plaza López de Ayala (su actual ubicación), aunque a punto estuvieron de salir de su querido Casco Antiguo por falta de encontrar espacio exterior. La conclusión y la realidad es que esta cafetería de tartas 100% caseras, esté donde esté sigue teniendo lista de espera en su puerta. Los fanáticos nos sobresaltamos cuando fuimos al antiguo local y nos lo encontramos cerrado, ¿La Galería ha cerrado? ¡No puede ser!, buscamos rápidamente en Google, encontramos su nueva ubicación y respiramos con cierto alivio. Resulta triste y decepcionante cuando encuentras uno de tus locales favoritos cerrados, no lo comprendes, ¿Cómo es posible si era estupendo? Te planteas si deberías haber ido más…Quizás esto ocurra con muchos bares y comercios del Casco Antiguo, que por ciertas incomodidades (como el aparcamiento) los tengamos abandonados a diario y, cuando llega el día en que nos cuadra volver, nos los encontramos con las puertas cerradas. La solución tenemos claro que pasa por hacer un esfuerzo…, aparcar tu coche donde puedas y echarte a andar por sus calles, consumir sus comercios, beber en sus bares y comer en sus restaurantes, dejarnos inspirar por el Casco Antiguo, sumergirnos en su ambiente y luchar por ayudar a estos supervivientes que lo único que quieren es llenar de vida nuestro barrio favorito.