“Cada Punto de Vista” – Paloma Morcillo, Concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Badajoz

“Miguel Celdrán me llamó un día por teléfono y me dijo: “hola Paloma, soy el Alcalde de Badajoz”, así, tal cual. Yo sí lo conocía y ya había hecho algunas cosas. Pero todo comenzó en una tarde soleada, como la de hoy, con un café al sol cuando me propuso formar parte de su equipo. Me dijo que me fuera con él y yo lo dejé todo. Jamás me arrepentiré de aquella decisión que tomé y de cogerme de la mano de aquel padre, de aquel maestro”.

Por fin brilla un sol deseado por una ciudad sumida en el más absoluto de los grises que se  encargaba de teñir las nubes llorosas durante demasiados días y recordaban la tristeza y el no vivir de una pandemia cuya sombra es ya muy larga. A gloria me sabe este calor dulce que me da en la cara y más si lo acompaña la música en la calle que celebra hoy un Casco Antiguo risueño y diferente, por fortuna, al de hace dos o tres días. La hostelería está abierta y da vida, una vida necesaria y legítima que se nos había arrebatado.

En esta ocasión, había quedado en la puerta del Museo Luis de Morales pero, finalmente, el buzón amarillo y la cabina de teléfono que están al pie del Ayuntamiento serán testigos de primera fila del encuentro entre quien escribe y una de las políticas más empáticas que conozco: Paloma Morcillo. Hay suficiente confianza y si no, siempre queda la buena educación. A veces, cuando la periodista tiene baja visión, pues debe ser el invitado el que le salga al encuentro. No es la primera vez y la llamo para cambiar el lugar de la quedada porque no estoy muy segura de poder llegar sola a la puerta del Luis de morales. Lo peor, es que no recuerdo si antes o al llegar hay peldaños o no. Los peores, los de bajada para personas como yo, puesto que no hacen sombra y si son del mismo color que el suelo, el tropezón no me lo quita nadie. Llevo varios esguinces en el pie izquierdo a causa de esta historia y no me apetece correr riesgos. Paloma dice vital, al otro lado de la línea: “en el buzón amarillo estoy yo dentro de un minuto”. Y así sucede. Un minuto de espera que me da por pensar, entre el buzón y la cabina, en cómo ha cambiado todo y en poco tiempo, relativamente. Recuerdo echar cartas en Braille en el buzón y su gran volumen. Lo que a la gente le cabe en un folio o mitad de una cara, en Braille ocupa tres o cuatro láminas, ya que no se puede cambiar el tamaño de la letra. En cuanto a la cabina telefónica, me recuerda mis tiempos de universidad y como guardaba aquellas monedas de dos euros que se distinguían a la perfección del resto, para hablar con  casa los domingos.

Llamándome la atención desde lejos y con una chaqueta azul eléctrico, llega la más empática de todas las políticas, como le digo en broma, aunque resulte totalmente cierto. Me toma del brazo y juntas vamos caminando hasta el museo. Allí me conduce hasta el patio y se coloca para la foto que le hago con mi medio ojo y mi cariño entero. Después nos vamos a hacer la entrevista a una de las terrazas de la Plaza de España para recargarnos de vitaminas de sol todo lo que podamos.

EL autorretrato debe ser lo primero como ya manda la tradición y Paloma se presta sin problemas. Podría presentarla como colega, porque es periodista, como Concejala de Cultura e incluso como amiga. Pero ha de ser ella misma quien se dibuje:

Soy  una persona muy normal. De profesión periodista aunque ahora me dedique a la política. Soy alguien que se siente muy de Badajoz no habiendo nacido aquí. Nací en Marruecos. Éramos españoles del antiguo protectorado que vivíamos allí. En Badajoz resido desde que tenía unos siete años y he formado una familia. Mi hijo nació aquí también y yo me siento muy, muy pacense, muy de la calle y muy del Casco Antiguo”.

Badajoz, una ciudad a la que tú ahora le estás dando, pero que supongo que también te ha dado mucho a ti. ¿Qué recuerdas de esa niña que fuiste, como te integraste aquí?. “Vivía en Marruecos en una sociedad muy plural y abierta. Todos éramos diferentes pero iguales. Estudié aquí en las Josefinas. Me incorporé en Primero de la antigua EGB. Me sentía, al principio, la diferente puesto que ya había un grupo establecido. Me acuerdo que llegamos en agosto, el cole empezó en septiembre y yo iba a clase sin uniforme porque aún no habían terminado de hacérmelo. Pero mi niñez fue feliz y rápidamente hice amigas y maravillosas compañeras de clase que aún hoy conservo. Tengo grandes recuerdos de aquellos años, de las maestras y de las experiencias vividas”.

Paloma Morcillo que, hoy es la Edil de Cultura, pero realmente, quiso hacer la carrera de periodismo. Quiero que analice estos dos aspectos de su vida y me hable sobre ello. “Yo soy periodista. Recuerdo cuando se lo dije a mis padres me miraron raro y luego, es cierto que he tenido familia periodista, aunque en ese momento no me venía por familia, sino porque me encantaba el contacto con la gente. Me marché a Madrid a estudiar y además trabajé allí. El mundo de la comunicación me apasiona y nunca descarto volver a él, aunque ahora esté aquí al otro lado”.

Y de periodista a política, ¿Cómo fue el salto y quién fue el culpable?, porque creo que a todos nos va a sonar el nombre. “Fue hace diez años y a él, precisamente en estos días, hay que recordarlo de manera especial. Miguel Celdrán me llamó un día por teléfono y me dijo: “Hola Paloma, soy el Alcalde de Badajoz”, así, tal cual. Yo sí lo conocía y ya había hecho algunas cosas. Pero todo comenzó en una tarde soleada, como la de hoy, con un café al sol cuando me propuso formar parte de su equipo. Me dijo que me fuera con él y yo lo dejé todo. Jamás me arrepentiré de aquella decisión que tomé y de cogerme de la mano de aquel padre, de aquel maestro”.

En mi mente, un hecho objetivo: se ha marchado un Alcalde histórico en la ciudad y lo ha hecho en un contexto raro. Paloma, está de acuerdo conmigo. “En estos tiempos de pandemia, es cierto que todas las muertes han dolido, pero en el caso de alguien público, querido y con el carácter de Miguel, pues ha resultado una auténtica lástima. Hemos recibido muestras de cariño y dolor y sabemos que toda la ciudad le quiere. Ahora un grupo de amigos crean una plataforma para ofrecer ese monumento a pie de calle, como al propio Celdrán le gustaría”.

Cerramos ese paréntesis dedicado a Celdrán porque me interesa recuperar su trayectoria que, desde siempre, ha estado ligada a Cultura. Así lo confirma la propia Paloma: “Yo no me veo en otro lugar. Hacía información cultural y de sociedad. Coordiné en el Hoy un suplemento de este tema y en cultura me siento cómoda. Conozco gente de este mundo y me  encuentro feliz”.

Hablemos ahora del Casco Antiguo y de eso, de cultura, precisamente. Este barrio de las artes, esta gran plaza de bohemios…”Tenemos que volver a remontarnos a la figura de Miguel Celdrán, puesto que fue él quien apostó decididamente por una rehabilitación integral de la zona.  Yo vivo en el Casco Antiguo y lo siento como un pequeño pueblo donde se respira arte, desde flamenco, cultura, pintura, gente joven que viene y se hace su propio estudio y reside aquí, en general, con esos murales, esas instalaciones que se montan, se está apostando por una gran dinamización y dar a conocer el gran patrimonio que tiene, con actividades que van desde la Noche en Blanco, hasta cientos de iniciativas controladas sumadas a las espontáneas de música en la calle que le da tanta vida”.

Llegadas a este punto, reflexionamos sobre quién hace posible la cultura y en general, el paisaje y el paisanaje de este Barrio Alto, en el que hay muchos y diversos personajes. “La ciudad y mucho más este barrio lo hacen sus gentes. Hay personas adheridas a él como Peterpan, el Pirulo, Luis o muchos otros que viven y son esa identidad abierta, plural y diferente”.

Antes de concluir, abrimos la puerta al futuro y lo miramos con ilusión y optimismo, como el día de hoy que se nos presenta radiante.

“Tras el parón de la cultura y el mundo en general, pensemos que la actividad debe continuar aunque en formato más pequeño y diferente. Una alegría que hayan reabierto las salas y museos y toca seguir. De hecho muy pronto presentaremos el Flamenco en la Plaza Alta porque queremos recuperar la normalidad lo antes posible. No se puede plantear un Casco Antiguo sin cultura por más tiempo. De hecho espero que el Casco Antiguo se siga perfilando como motor de las artes en Badajoz y más con esas importantes obras que hay, como la del Campillo y las diversas ideas y proyectos de rehabilitación que ojalá, nos lleven a un futuro mejor porque nos lo merecemos y porque considero que es posible. Con ese deseo me quedo”.

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