El discapacitado no solo nace, si no que también se hace. “Sufrí un accidente laboral que me hizo estar meses en una silla de ruedas. Me escandalizaba y me preguntaba ¿por qué no me he dado cuenta antes de estas cosas?. Los bordillos que antes no tenían importancia, ahora me parecían las Cataratas del Niágara.
Tengo una reflexión que suelo plantear más de una vez a la gente. Siempre digo que el discapacitado, no solo nace, sino que también se hace, desafortunadamente. En ocasiones la empatía nos la sirven en un tremendo jarro de agua fría porque, así sin comerlo ni beberlo, sucede algo que lo cambia todo. La vida es caprichosa, o didáctica, o poco diplomática, o cruel, muy cruel. Hay personas que traemos la diversidad funcional, ya de serie. Pero no siempre ocurre así. Mercedes Macías, a la que hoy entrevisto sabe bien que esta experiencia se puede vivir, ya lo creo que lo sabe, y de manera totalmente involuntaria. Voy dispuesta a pedirle que, entre otras cosas, me hable de ello.
Mientras camino hacia la Soledad 22 me doy cuenta de que la otra empatía, la que no viene impuesta por un suceso real en nuestra vida o la de nuestros seres queridos, aún existe y al César, lo que es del César: las personas que trabajan en la construcción o por lo menos, con las que yo me cruzo, jamás dudan en echarme una mano. Una cornisa o no sé muy bien qué, se está reparando a esta hora en la parte delantera del López de Ayala y un ruido ensordecedor, para una persona con baja visión que utiliza el oído en un alto porcentaje con el fin de orientarse, puede dejarla, como fue mi caso, parada en medio de la calle sin saber hacia dónde ponerse a salvo y seguir su camino. En cuanto comencé a titubear uno de los obreros llegó hasta mi y me indicó amablemente, por donde podía terminar de pasar aquel laberinto de cintas en color blanco y rojo que bordeaban la zona. Estas cintas también constituyen una barrera importante porque aquellas personas que caminan por la calle con la ayuda de un bastón blanco o con un perro guía, no detectan la cinta ya que ésta, no roza el suelo. Por tanto, a veces te encuentras con que algo te empuja la barriga o el pecho impidiéndote el paso y es sólo entonces, cuando te das cuenta de lo que tienes delante.
Mercedes me hace una propuesta que no puedo rechazar. ¿Quién va a decir que no a un desayuno rápido en la Corchuela?. Total que allí me encaramo, rápido y sin dificultades grandes hasta llegar. Menos mal que sale a mi encuentro, justo a la puerta porque la luz de un día blanquecino y gris, topa con la oscuridad al entrar en el local y permanezco unos segundos que se me hacen eternos, sin ver prácticamente nada. Cuando me doy cuenta, Mercedes, desenvuelta y empática me ha conducido hasta una mesa, estamos cerca de la barra, en un rincón y uno de los camareros, que conoce a Mercedes y por lo que intuyo, desde hace años, me comenta que ellos también quieren salir en “Cada Punto de Vista”, en el blog del “Barrio Alto” y que tengo que entrevistarles un día de estos. La verdad es que resulta muy gratificante escuchar estas peticiones y sentir que se pueda dar voz a este mágico lugar en general y a sus ciudadanos, en particular.
Tras nuestro desayuno, en el que he conocido más de cerca la labor de Mercedes en el edificio VS22 pero también esa parte de su vida en la que le sobrevino una discapacidad de la noche a la mañana, ambas, rodeadas del arte de Tatán, comenzamos la charla sentadas en el sofá de color rojo que se sitúa a la entrada de la galería.
Mercedes Macías es, desde hace algunos meses, la responsable de la galería de arte y exposiciones de un nuevo espacio CB que se llama VS22 y que se encuentra en ese número de la calle la Soledad. Se trata de un lugar muy conocido, tanto por los vecinos del Casco Antiguo, como por artistas y público habitual en estas actividades, según apostilla Mercedes, que comenta también la reciente inauguración de la exposición de Tatán. “Lo recuerdo con mucho cariño. Fue un acto entrañable y muy especial, al tratarse del primero tras la situación de pandemia. Asistieron familiares, personas allegadas y autoridades y vi a un artista emocionado en todo momento. Esta es la tercera exposición que llevamos ya mostrada en esta sala y para mí, que soy un poco novata en esto, ha resultado como si fuese la primera. Ojalá todas se desarrollasen de igual modo, porque lo preparo todo con muchas ganas y mucha ilusión”.
“Para mí el Casco Antiguo por el que llevo caminando años, es como una gran familia donde todos nos conocemos y nos ayudamos. Es más, cuando hay algún negocio cerrado sin ninguna causa o alguien al que no vemos en muchos días, enseguida preguntamos por él, por si le ha pasado algo. Cada día no perdono mi visita a esas pequeñas tiendecitas que deberían estar pobladas de gente y que por desgracia no lo están. Paso, pregunto qué tal les va, doy los buenos días, en fin…”.
Me pregunto cuál será la razón que Mercedes me de, para que no venga gente a las tiendas y le pongo la idea a mano, remendándola, eso sí, con que hay espacios como este mismo en el que estamos y que regenta la Fundación CB, que con ganas y esfuerzo trata de poner su granito de arena para conseguir dinamizar y cambiar la situación actual. Yo creo que sigue habiendo mucho miedo y por otra parte prudencia. Las dos cosas juntas no ayudan. Sin embargo, es cierto que he notado cambios desde la primera exposición a esta y alguna gente se para ante la puerta, entra y me pregunta que para cuándo algo nuevo y demás”.
Me gustaría saber qué ha significado en lo personal, para Mercedes, hacerse cargo de esta sala y trabajar en el Barrio Alto aunque la ilusión con la que me ha recibido y me habla, ya me adelantan su respuesta. “En la vida he tenido que adaptarme a cambios y circunstancias muy distintas y aquí seguimos, ahora muy ilusionada con esta etapa. Yo soy delineante y tuve que pasar de una mesa en la que dibujaba, a un trabajo de calle”. Pero lo que realmente ha curtido y enseñado a Mercedes y que quiero que narre en primera persona, ha sido una experiencia desafortunada en su vida que, sin embargo, le hizo vivir en sus propias carnes, lo que yo siempre digo, que el discapacitado no solo nace, sino que también se hace. “Pues sí, me di cuenta de que absolutamente nadie está libre de ello. Yo tuve un accidente laboral y la parte afectada fue una pierna. Concretamente sufrí una triple fractura en el tobillo derecho de la cual no he quedado bien porque fue muy grave. Hubo unos meses en los que tuve que trasladarme en silla de ruedas y entonces comprendí la ignorancia que yo tenía respecto a la falta de concienciación que tenemos todos, a los pocos conocimientos sobre determinadas cuestiones, etc. Hoy me da mucha pena reconocer que tuve que pasar por algo así, para saberlo”.
Pero Mercedes Macías no se quedó con la pena nada más y decidió ir más allá durante su tiempo sentada en esa silla de ruedas. No paró su vida y encontró en lo que antes era cotidiano, las respuestas a situaciones que le hicieron mirarse en otro espejo bien distinto cada mañana. “Yo frecuentaba el Casco Antiguo en esa época y por suerte, descubrí que cuando la gente encuentra a personas en apuros, les sale la vena solidaria y prestan su ayuda. Recuerdo esos bordillos en las aceras que aparentemente para mí, no tenían ninguna importancia, como ahora se habían convertido en las Cataratas del Niágara. Incluso cuando empujaban mi silla para ayudarme a bajar, mi sensación era que me iba a caer de un precipicio. Yo venía desde Damián Téllez , Fernando Calzadilla y cruzaba donde la biblioteca. Hacía mis recorridos, yo quería a toda costa, continuar con mi vida. Pero aquí en el Casco Antiguo era horrible porque no podía entrar casi en ningún lugar. Tanto fue así que me confeccioné una lista de sitios a los que me resultaba imposible acceder: cafeterías, tiendas de ropa, papelerías, farmacias, droguerías, había de todos los géneros de negocio. Pero lo peor era cuando iba con alguien a tomar algo a algún bar y preguntaba por el cuarto de baño. Entonces, me venía a bajo cuando me señalaban un lugar arriba o debajo de un enorme tramo de escaleras imposibles de acceder para mí. Yo me escandalizaba y me decía, ¿cómo no me he dado cuenta de esto antes?”.
Nos disponemos a concluir y volvemos a nuestra realidad, a la de las dos frente por frente, en aquel sofá de color rojo de la entrada de este espacio que respira arte. De hecho, la exposición de Tatán puede verse hasta el próximo día 31 y así lo resalta Mercedes, quien define este espacio artístico y dinamizador, como “un verdadero reclamo, un nuevo Espacio CB en el que todo el que tenga la inquietud y ganas de compartir sus creaciones con nosotros y con el público, solo tiene que ponerse en contacto con la Fundación CB para que ellos se encarguen de su gestión, junto conmigo. Pero yo lo que quiero es decirles a todos que hay que venir al centro porque tenemos un Barrio Alto precioso y lleno de historia. Tenemos calles maravillosos que seguro que si alguien saliera de viaje las buscaría y nosotros las tenemos aquí, en nuestro Badajoz, tan a mano que es una pena que no vengan a verlas. El Casco Antiguo es una postal pero hecha realidad y debemos ser sus ciudadanos quienes lo valoremos en primera instancia”.