“La situación nos ha perjudicado y eso no se puede negar. De hecho en Menacho, contamos con un cincuenta por ciento de franquicias que, realmente son quienes más están afectados. Pero siempre hablamos de lo negativo; de los que cierran, pero no de los que abren. Es cierto también que muchos pequeños comercios han cerrado, pero otros llegan. Insisto en que son los grandes distribuidores los que no han podido aguantar la situación. Véase el caso de Inditex, por ejemplo. No olvidemos que, durante estos años, ellos han estado apostando por el comercio online”.
En estos tiempos de pandemia resulta todo un show el simple hecho de ir de compras, para una persona con baja visión, contando en cualquier caso, que así sucede casi siempre, pero ahora en mayor medida. Nuestros ojos son las manos y lo que precisamente está prohibido es tocar, por tanto nuestro particular “más difícil todavía” se incrementa y depende, en gran medida de la empatía del dependiente del establecimiento al que acudimos. Particularmente, pienso mientras voy camino de San Francisco, donde he quedado con los protagonistas de esta semana, que esta vez son multitud, porque me ofrecerán tres testimonios, en lo mucho que me gusta y me aporta comprar en la calle Menacho. Sí, porque significa cercanía, calidad y por supuesto interacción con la persona que me atiende y todo eso me parece super gratificante. Para una persona ciega o con baja visión, entrar en un gran centro comercial a buscar algo es, cuando menos, totalmente frustrante. En medio de la nada, sin referencias de ningún tipo, como un auténtico náufrago en medio del mar. Ese podría ser el sentimiento. La metáfora para que se comprenda la sensación de absoluta impotencia ante una inmensidad de gente de acá para allá, carteles en zonas totalmente diáfanas que no podemos encontrar y así, un sinfín de barreras que nos hacen perdernos a nosotros, a nuestro tiempo y a nuestra paciencia.
De repente, una voz que me llama por mi nombre me devuelve a la realidad y suspende mis pensamientos para recordarme que he llegado ya a la terraza de la Marina y que incluso me estoy dejando atrás la mesa en la que, puntuales y diligentes a la cita, me esperan mis tres entrevistados. Quien me dice: “Susana, estamos aquí”, es Félix Retamar, Presidente del Centro Comercial Abierto de Menacho al que le acompañan Marta Soto y Tamara Antonio, la primera, además de dueña del establecimiento Parfois, miembro de la Junta Directiva y la segunda, dependienta de la tienda. Enseguida, los saludos en forma de codazos cariñosos a los que nos obliga la tediosa situación y en cuanto tomo asiento junto a ellos, me percato del inconfundible olor a papel de periódico. Mi mano encuentra dos ejemplares doblados y seguro, recién leídos en una de las esquinas a mi derecha y vuelve a mi mente la envidia sana de desayunar con un café y las páginas de la prensa frente por frente. Un capricho, ya lo sé, pero un pequeño placer que no está a mi alcance, eso también.
Los autorretratos que esta vez pido por triplicado, comienzan por Félix Retamar, quien se define como “un luchador por lo que es el centro de esta ciudad en donde creo que puedo y debo aportar mi experiencia de más de treinta años en el sector. Siempre he trabajado en el mundo de los hoteles y la hostelería en general y un buen día me pidieron el favor de representar a esta plataforma y aquí estoy”.
Marta Soto, propietaria de Parfois destaca de ella misma que no se considera tanto una empresaria, sino “una emprendedora que, pese a los tiempos que corren, trata de luchar para que los trabajadores de los establecimientos puedan llevar el pan a su casa y lo vivo todo con alegría y positividad”.
Por su parte, Tamara Antonio señala que “Marta fue quien la embarcó en este mundo del emprendimiento y soy la que da la cara con el público y los clientes, día a día”.
Al oír hablar a los tres admiro sus ganas y su seguir adelante con la que está cayendo. Sin duda pienso que son conscientes de que tampoco queda otra. Me doy cuenta que a mi lado tengo a un hombre que lleva media vida en esta historia pero que, por ejemplo, una pandemia no la ha vivido nunca. Félix Retamar, parte conmigo de lo que en estos días, más se está sacando a la luz y es la huida de una gran superficie como Zara entre otros monstruos que se marcharán de manera inminente. Pero para Félix, hay buenas noticias que no se están contando. “La situación nos ha perjudicado y eso no se puede negar. De hecho en Menacho, contamos con un cincuenta por ciento de franquicias que, realmente son quienes más están afectados. Pero siempre hablamos de lo negativo; de los que cierran, pero no de los que abren. Es cierto también que muchos pequeños comercios han cerrado, pero otros llegan. Insisto en que son los grandes distribuidores los que no han podido aguantar la situación. Véase el caso de Inditex, por ejemplo. No olvidemos que, durante estos años, ellos han estado apostando por el comercio online”. Tal vez, le comento, las propias empresas se están tirando piedras contra su propio tejado, ¿no crees?. “No. Yo pienso que es la propia sociedad la que está cavándose su propia tumba porque ahora va a permanecer subyugada a esta nueva modalidad de compra, para lo bueno y para lo malo. Por eso, lo que sí quiero reflexionar como Presidente de esta asociación es sobre la importancia de comprar en el pequeño comercio que es el que está especializado y el que genera riqueza en una ciudad. Si usted compra online no genera empleo en el lugar donde vives”.
Quizá, pienso en voz alta, ahora pidiendo opinión a Marta y Tamara, este nuevo camino que hemos tomado como sociedad que hace la compra con el dedo en una pantalla, nos esté haciendo menos humanos y esto es una auténtica pena. Marta asegura sin ningún titubeo que está de acuerdo con Félix. “Aunque el comercio online siempre ha existido, la pandemia nos ha obligado a estar más de cuatro meses totalmente encerrados en casa y esto ha dado lugar a que personas de cierta edad más alejados del mundo online, ahora ha aprendido. Bien por necesidad, o bien por el tremendo número de horas que nos hemos pasado frente a las tabletas. Con este notable incremento de venta por internet, estamos quitando calidad, cercanía y socialización y al final, todo es muy material. Frente a eso, seguimos diciendo que existe una calle en Badajoz que es una preciosidad en la que hay gente que va a venirse y está buscando local y todo está renaciendo”.
Por su parte, Félix interviene para aseverar esta importante afirmación alegando que efectivamente así está sucediendo y que hay gente que quiere apostar y arriesgar. “El otro día un medio de comunicación publicaba que, en Menacho, que efectivamente, es el centro comercial abierto de referencia en toda la región, habían cerrado cincuenta establecimientos. Pero lo que no decía, era cuantos iban a abrir o estaban despegando. En nuestra demarcación se encuadran más de trescientos veinte locales, ósea que cincuenta de ellos, supone un porcentaje que no es tan grande. Teniendo en cuenta, además, que el cincuenta por ciento son marcas de grandes franquicias que no solo están desapareciendo de aquí, de Badajoz, sino de toda España. Por tanto, también debe decirse que nos encontramos ante una nueva época de oportunidades. De hecho, se ha abierto una óptica y acaba de llegar una nueva franquicia como es Truco, por ejemplo. Los precios son asequibles y sí que existe esa demanda de empezar con negocios”.
Me gustaría saber cómo se está comportando aquel ciudadano que sí va a Menacho a comprar y que tiene claro que es así como progresamos. Creo que hay un público fiel y que apoya iniciativas y al comerciante y Tamara, como dependienta, me lo certifica. “Sobre todo, tras esta segunda apertura, yo pensaba que el balance sería otro, pero me sorprendí para bien. La gente venía con una actitud super positiva y eso que se trataba de días de aforos muy reducidos, horarios estrechos, muchas medidas de higiene y seguridad, etc. Pues así y todo la gente llegaba concienciada incluso animándonos. Todo el mundo precavido y en nuestro caso, el aforo era solo de cuatro personas. Cuando teníamos que decirle a alguien que debía esperar, sin problema lo hacía. Pasando incluso hasta frío a ratos en la calle, todos con su gel, la verdad, genial. Me quedo con la solidaridad y la humanidad que se creó en aquellos momentos”.
Vamos concluyendo, pero me gustaría hacer con un hombre como Félix, por la cantidad de años y experiencia que acumula, esa cronología de la intrahistoria de la calle Menacho. Nos remontamos hasta treinta años atrás. “Menacho se creó para regenerar el comercio del centro. Las campañas se hicieron y la ciudad se abrió y se expandió, dando lugar, a un perjuicio del Casco Antiguo que en otras ciudades sí se protege de manera diferente. Ahora que se ha creado el Consorcio, hemos asistido a varias reuniones como testigos y creemos que resulta urgente realizar un gran plan de actuación que tenga como finalidad dotar de vida al Casco Antiguo y a todo el centro para garantizar, de una vez, que despegue el sector servicio, que se ocupen viviendas y que se lleve más tecnología al barrio para favorecer el buen funcionamiento del comercio y las empresas, así como para que se continúen derribando barreras arquitectónicas. Desde luego, es ahora tiempo de trabajar realmente en estas y otras medidas, si no queremos que el centro de Badajoz se venga abajo”.