“Para nosotros el Casco es un lugar, sin duda, muy inspirador. Nos recuerda a toda esa parte del Badajoz Árabe que parece que se ha olvidado y no entiendo la razón porque deberíamos darle más importancia, así como a todas las etapas históricas que vinieron después. Dos de las fiestas que más nos gustan y vivimos con más intensidad son la Noche en Blanco y la Almossassa. De hecho, en nuestro libro “Vuelta a las Raíces” aparece incluida la leyenda de la historia de la Dama Blanca del Guadiana que sucede en nuestra Alcazaba”.
Virginia y Alejandro no llegan a los treinta. Me llaman la atención sus ganas de crear, emprender y sobre todo de querer transmitir a los demás el amor por Extremadura, en general y por Badajoz y su Casco Antiguo en particular. Se declaran seguidores de estas crónicas desde hace mucho tiempo y bajo el brazo, traen su último proyecto que ha visto la luz hace algunos meses en forma de libro titulado “Vuelta a las Raíces”, en el que recuperan y adaptan una serie de leyendas de Extremadura. He quedado con ellos en el Carmen y mientras camino hacia nuestro encuentro, pienso en lo maravilloso que sería poder abrir un libro, un periódico o una revista y leer. Identificar los menús en las cartas de los restaurantes, averiguar los nombres de las calles leyendo los carteles o informarte, de un plumazo, sobre indicaciones en la carretera…es que ver debe ser tremendamente rápido. Me quedo anonadada cuando cualquiera hace eso. Lleva a cabo un acto casi intrínseco en su persona. Lo de ver es algo activo siempre y alucinante a la vez. La lectura en el sistema Braille resulta bastante más tediosa y lenta a causa de varios factores. Entre ellos el tipo de letra cuyo tamaño no se puede cambiar y que hace que los libros resulten menos manejables, incluso deban ser transcritos en volúmenes diferentes. Hace años, una tarde soleada en el parque de Castelar me senté en uno de los bancos a leer poesía, porque me encanta combinar la caricia del sol en la cara con la de los poemas en el alma. Me parece una sensación reconfortante y estupenda para conectarse en directo con el corazón de uno mismo. Pues bien, no llevaba ni dos minutos en ello, cuando aparecieron algunos curiosos que me miraban y que no tardaron nada en interrumpir mi lectura para preguntarme sobre el cómo y el por qué. Yo respondía llena de gratitud porque se trataba de mucho más que respuestas. Aquello fue concienciar, informar y hacer un poco más receptiva y empática a una pequeña parcela de la sociedad. Hoy, a buen seguro que ya no resulta tan extraño ver a alguien leyendo un libro en Braille en cualquier sitio, aunque es mucho más corriente hacerlo en formato audio por la comodidad que supone. Por fortuna los audiolibros se abren paso para un público general y no solo para las personas ciegas, ni mucho menos. Cada vez más gente opta por este formato que, además nos hace iguales a los invidentes que a aquellos que leen en audio mientras conducen, por ejemplo.
Entro en el Carmen que, desde hace poco se ha estrenado con su reforma y ahora hay más luz, lo cual celebro y justo en el centro, en una mesa redonda, tomo asiento después de que Alejandro, una de las almas jóvenes e inquietas con las que voy a conversar, me indique que están allí. Conocedores de la dinámica de la entrevista, Virginia confiesa que está algo nerviosa y lo noto en su risa que utiliza como colchón para protegerse porque se ve muy tímida. En la voz de Alejandro se describe ilusión a raudales por contar y revivir momentos de esas experiencias que están protagonizando. Ambos son docentes, comparten la pasión por escribir y perseguir fines sociales. Pero ahora quiero que se hagan ese selfie particular y me digan quiénes son.
Alejandro del Pino se define como “un maestro de Educación Primaria que actualmente trabaja en el Instituto Bárbara de Braganza. También soy profesor de universidad e imparto clases en la Universidad Online Camilo José Cela y una de mis grandes pasiones es escribir”. Nací en Cataluña pero vivo aquí desde que tenía catorce años. La vida me trajo a mis orígenes porque mi madre es de Villafranca de los Barros y mi padre de Marchena”.
Virginia también comienza su particular autorretrato etiquetándose como una maestra de Primaria. “”Sin embargo, últimamente no me dedico de pleno a la enseñanza, sino más bien al mundo de la discapacidad. He estado en Pamplona trabajando en una residencia para personas con discapacidad y también me gusta mucho escribir”.
Enamorados del Casco Antiguo de la ciudad en la que viven pero además, de toda la región que confiesan que recorren cada vez que pueden. Alejandro asegura que “practicando el senderismo nos movemos por toda Extremadura y nos encanta el turismo y su gastronomía. Vivimos en una Comunidad Autónoma con un extraordinario potencial y nos gusta disfrutarla y explorarla. Nuestro Casco Antiguo y la Alcazaba en particular me parecen uno de los lugares más maravillosos que conozco y la gente no le da el valor que merece. A nosotros, la Alcazaba siempre nos ha parecido un lugar para el ocio increíble y ambos hemos pasado muy buenos momentos allí”.
Me intriga la razón por la cual dos personas jóvenes que no residen en el Barrio Alto, le tienen tanto apego y cariño. Alejandro no duda sobre su respuesta. “Para nosotros el Casco es un lugar, sin duda, muy inspirador. Nos recuerda a toda esa parte del Badajoz Árabe que parece que se ha olvidado y no entiendo la razón porque deberíamos darle más importancia, así como a todas las etapas históricas que vinieron después. Dos de las fiestas que más nos gustan y vivimos con más intensidad son la Noche en Blanco y la Almossassa. De hecho, en nuestro libro “Vuelta a las Raíces” aparece incluida la leyenda de la historia de la Dama Blanca del Guadiana que sucede en nuestra Alcazaba. Además y pensando en los niños y jóvenes de la ciudad que no dejan de ser el futuro que puede conocer y transmitir todo este contenido, las leyendas resultan un reclamo perfecto para que los niños puedan interesarse por la historia, los eventos y el patrimonio que existe en un Barrio Alto, en donde no se hacen demasiadas actividades para este tipo de público infantil y juvenil. El corazón de la ciudad, si algo tiene positivo es su asociacionismo que siempre es bueno porque ya se dice que la unión hace la fuerza. Nosotros formamos parte ahora de una asociación, Badajoz Contigo, pero también recordamos con mucho cariño nuestra colaboración con Prisma donde propusimos muchas actividades culturales y artísticas”.
Para Virginia que sí ha vivido siempre en Badajoz, la historia de su niñez se encuadra, en gran medida en el Casco Antiguo y de aquellos momentos guarda gratos recuerdos. “Mi padre me traía a ver los Belenes cada Navidad. Además y como sucede aún hoy, mi madre nos lleva de allá para acá a recorrer toda la región y la verdad es que yo desde pequeña he masticado el cariño y el contacto con todo lo que me rodea”.
La idea de cómo y por qué nace el libro “Vuelta a las Raíces”, también es algo que quiero que me cuenten. Los dos coinciden en que todo comienza en la Universidad. “Teníamos una asignatura llamada Literatura Infantil y Juvenil que nos impartía Gloria Ribera y ella fue la que nos introdujo en el mundo de la leyendística extremeña. Nos dijo que aunque a priori, estuviesen invisibilizadas, las leyendas de Extremadura existían y teníamos una tradición oral muy rica. Frente a otras Comunidades Autónomas como Cataluña o Galicia, que las daban a conocer, aquí se tenían completamente olvidadas”. Así que “dicho y hecho”; Alejandro comenzó a trabajar en su proyecto, tanto de fin de grado, como en el de final de master y su tesis doctoral y ambos se vieron de repente investigando y reinterpretando muchas historias que luego se han convertido en un libro”.
Una de las leyendas que firma Virginia, habla de cómo afectan las nuevas tecnologías a los jóvenes y niños a y cómo pueden llegar a alejarles de una realidad mucho más tangible y beneficiosa para ellos, como puede ser, tanto el contacto con la naturaleza, como con la propia idiosincrasia del lugar en el que viven. Es cierto, desde luego que resulta paradójico que conozcan cientos de héroes de los videojuegos y no salgan de la pantalla para disfrutar perdiéndose en los parajes e imaginando los misterios de los que fueron escenario estas leyendas. Para Virginia, la tecnología no es mala pero debe usarse con cabeza. “La leyenda del “Machulanu” que yo escribí , comienza relatando la historia de una niña enganchada a su Tablet que no quiere ir a pasar unos días al campo con su familia. Una vez allí en un entorno rural, los llevan al bosque y la pequeña sigue absorta en sus videojuegos hasta que ve al Machulanu y cambia completamente de expectativas y comienza a relacionarse, por fin, con la experiencia que la rodea”.
Ahora, además de descubrir y disfrutar durante la investigación de cada leyenda, cada tradición y cada página de ese libro, Alejandro y Virginia ya se han puesto manos a la obra para embarcarse en otro nuevo, en esta ocasión con sabor e intercambio cultural con nuestros vecinos portugueses. Lo importante, además de crear, como señala Alejandro, reside en compartir. “Nosotros creemos que la tradición oral tiene muchas posibilidades. Se puede versionar y difundir a través de muchos formatos, no solo con el libro, como hemos hecho nosotros. También convirtiéndolo en una obra cinematográfica, en animación, cómic, videojuegos, etc. Todo con un fin educativo. Hemos creado el libro, sobre todo para que esta tradición regrese a las casas, a esos lugares donde se relataban esas historias y que llegue por primera vez a las escuelas porque es allí donde está el futuro y sólo transmitiendo estos conocimientos podrán recuperarse para que formen parte de nosotros y nos inspiren como sociedad”.