“En la Plaza Alta existe un edificio que aún no está reformado; el que hace esquina donde está la Cacharrería. Pues bien, me he reunido con el propietario del mismo para conocer de primera mano cuáles son sus intenciones y contemplar la posibilidad de construir un hotel allí. Igual que lo que se va a hacer en las Tres Campanas. Se trata de dar ese atractivo de paso de la gente. Un hotel en la Plaza Alta sería un “más” porque aquí estamos para sumar”
Hoy emplazo a quien quiera imaginarlo e incluso comprobarlo alguna vez a taparse los ojos por la calle, pero sin hacer trampa y caminar solo unos pocos pasos por un lugar conocido, es más, muy conocido. Aún así, apuesto a que el miedo y la incertidumbre se apoderarían de más de uno. Pues eso es lo que siento yo cuando, pese a caminar como en este lunes, por una zona que conozco como la palma de mi mano cuando una máquina produce un ruido ensordecedor. Pese a mi resto residual que me ayuda mucho, me bloqueo y no puedo avanzar. Es Carmen, la que se para a mi izquierda y me dice: “Pasa Susana, que no hay nada”. Carmen con su vehículo, sus churros y su genio y contundencia es única y maravillosa. El ruido venía por mi derecha y ella, rápida y solidaria me ha cedido el paso y me ha avisado para que siga mi camino sin problemas. ¿Dónde está la discapacidad en esos momentos? Desde aquí, “gracias Carmen”.
Eladio Buzo me hace esperar un poquito a la sombra de una de las sombrillas del velador de la Plaza de España donde hemos quedado. Yo ya le he advertido que debe ser él quien me localice porque yo no he oído nunca su voz, más que por teléfono cuando hemos quedado para la entrevista pero él me ha asegurado dos cuestiones que me tranquilizan: que él sí me conoce a mí físicamente y que sabe cómo van estas charlas porque nos lee cada semana. Por tanto, tras unos minutos de espera, desenvuelto dispuesto Eladio me toma del brazo, nos sentamos y sin más, le pido la tradicional fotografía de su perfil:
“Eladio Buzo es un pacense de toda la vida con 49 años. Está casado y tiene tres hijos. Desde los 23 años he dedicado mi vida a trabajar. Comencé en una empresa, un concesionario de automóviles que pertenecía a mi padre y luego yo mismo creé otra empresa en San Roque, en la otra punta del Casco Antiguo. Dentro del mundo empresarial, mi forma de aportar a los demás se situó en el mundo asociativo empresarial, como por ejemplo, formando parte activa de la Confederación de Empresarios de Badajoz, en la Asociación del Metal de la Provincia de Badajoz o en la Asociación de Concesionarios de España”. Pero además de cargos en todas estas entidades que enumera haciendo cronología, Eladio Buzo pone de manifiesto la importancia de llevar en la mochila un bagaje de experiencias vividas cuando uno se pone al servicio de su ciudad, como es su caso. “Mi desarrollo empresarial se puede traducir y espero que así sea, a todo lo que puedo aportar en la ciudad de Badajoz. Creo que he tenido la suerte de que el Alcalde pensara un día en mi para esto, pero aquí a la política hay que llegar con experiencia. No tiene por qué ser empresarial, si no experiencia de vida. No solo sirve el currículum, sino el modo en que las personas resuelven. Cuando miras que un joven ha tenido una brillante carrera, pero nada más. Sin embargo, te encuentras a otros que han estado trabajando en el extranjero, en una ONG, etc. En nuestro caso concreto, pienso que, el político lo que tiene que hacer es gestionar con la cabeza puesta en todos y para todos”.
Hablando de gestión y de forma de proceder, quizá reflexiono en voz alta con Eladio, el propio Casco Antiguo sea la sombra y espejo del “cómo” y el “cuando” de lo que deciden las administraciones que, a veces, no resulta ni en tiempo ni en forma lo que desea el ciudadano. “Yo te digo lo que llevo visto. Mi vida, hasta hace dos años era San Roque. Yo el Casco lo estoy conociendo en profundidad ahora, de un tiempo a esta parte y me ha sorprendido mucho una cosa: ¿cómo es posible que, teniendo objetivos tan claros, se tarde tanto tiempo en llevarlos a cabo? Creo que lo que no hemos hecho es trabajar todos en una misma dirección. Yo sé que esta zona se ha transformado, me acuerdo de cuando no podía subirse a la Plaza Alta. Pero hoy hay que volver a llenarlo de vida. Existe una segunda fase que tiene que dinamizar todo esto. En dimensión, el nuestro es el Casco Antiguo más grande de España. Resulta complicado cambiarlo, desde luego porque con dinero, todo se puede hacer y si no hay dinero, pues tardamos lo que estamos tardando. Se ha puesto ya encima de la mesa mucho dinero y se han cambiado cosas, pero tenemos que seguir”.
El dinero es relevante pero no es lo único. Quiero ponerle en claro al concejal que, en ocasiones, también aparecen los tiras y aflojas, los intereses políticos o burocráticos entre administraciones y además, sentencio, esto resulta una realidad incuestionable. Por tanto, como a quien tengo sentado delante, es un político, le tiro el balón para que lo recoja y me cuente. “Pues te aseguro que sí, que el dinero también entra ahí en juego y es que está en todo. Susana, la burocracia de la que hablas, con dinero, es menos burocracia y te explico este caso concreto del Casco Antiguo; Para que el Casco Antiguo y su desarrollo fuera más rápido sería necesaria la creación y puesta en marcha de una Oficina urbanística solo para esta parte de Badajoz. Las ideas para relanzar nuestro Barrio alto, todo el mundo las tiene claras y yo que me reúno por temas de la propia Inmobiliaria Municipal más de una vez con entidades y colectivos, lo sé bien. Sin embargo, una cosa es la teoría y otra la práctica”.
Eladio Buzo también regenta la coordinación de los barrios de la ciudad y por eso, se me ocurre preguntarle por un análisis a vista de pájaro de la situación del Casco, con respecto al resto de lugares de Badajoz, puesto que teóricamente, él tiene esa foto panorámica muy bien contemplada. “ Este barrio necesita tener más paso de ciudadanos . No podemos obligar, desde el Ayuntamiento a que la gente se venga a vivir aquí, pero sí podemos hacer que haya más tránsito, por eso hemos comprado el edificio del Conventual en la calle Bravo Murillo, para que las personas deban pasar y venir a hacer gestiones. Aquí además, hay un problema que otros barrios no lo tienen: el de la inseguridad. De hecho, si he llegado tarde a esta cita ha sido por estar ultimando detalles para que salga ya mismo la contratación de las nuevas cámaras que se van a instalar. Además, te voy a dar una primicia porque en la Plaza Alta existe un edificio que aún no está reformado; el que hace esquina donde está la Cacharrería. Pues bien, me he reunido con el propietario del mismo para conocer de primera mano cuáles son sus intenciones y contemplar la posibilidad de construir un hotel allí. Igual que lo que se va a hacer en las Tres Campanas. Se trata de dar ese atractivo de paso de la gente. Un hotel en la Plaza Alta sería un “más” porque aquí estamos para sumar. En cuanto a otros aspectos del barrio, como el comercio, pues hay que tener en cuenta que a lo mejor no todas las calles del Casco tienen que ir destinadas al comercio y no pasa nada. Lo mismo con la hostelería. Es decir, que cada calle es única y se tiene que caracterizar según su situación y otros aspectos. Igual que debemos aceptar que no todas las zonas tienen por qué estar decoradas de forma intensa. Unas, las más principales, lo estarán más y otras, de forma diferente. En cualquier caso y como conclusión, creo que a este Casco Histórico tan grande y valioso, le ha llegado la hora de recibir los fondos que le pertenecen de manera legítima porque estamos ante un bien patrimonial. Esto es patrimonio de todos, no solo de los que vivimos en Badajoz, sino de toda España y eso tienen que asumirlo las administraciones”.