Me encuentro atravesando la Plaza de España, el Pepe Jerez me queda a la izquierda…siempre suelo tomar esa pared como referencia y segundos después, a la derecha dejo atrás el Ayuntamiento. Esta parte del Barrio Alto, la llevo memorizada en mi cabeza, al dedillo y si no hay demasiadas mesas por medio ni obras inoportunas, el tramo se me antoja muy agradable. Siempre repleto de gentes que van a hacer gestiones o vienen de tomarse un café o una cerveza. El suelo completamente liso, eso sí, sin olvidar que puedo tropezar, tanto si voy con tacón o de plano, con esa rejilla negra que está tan mal situada, en medio de la calle San Juan. El suelo es claro y la dichosa rejilla, oscura, así que afortunadamente, la distingo bien, eso sí, si es de día y tengo la luminosidad que necesito.
Mientras trato de localizar la puerta de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, la Económica, vamos, camino pensando en Emilio Cruz Villalón, la persona que inaugura estas andaduras por el Casco Antiguo…me cuesta dar exactamente con la entrada. Quizás si hubiera alguna señal podotáctil en el suelo, si el cartel estuviese más visible para una persona con baja visión como es mi caso. En un color llamativo, a una buena distancia del suelo. Además la puerta es de cristales y me resulta complicado dar concretamente con el lugar exacto por donde debo acceder. Dentro ya no hay barreras: un ascensor y directa al despacho del Presidente, quien amable me recibe y comenzamos a conversar.
La accesibilidad nos lleva a desembocar en las nuevas tecnologías y en cómo facilitan la vida a todos, en general. “Hoy por hoy, el público tiene acceso a más de quinientas conferencias de la Económica que hemos retransmitido en directo por Youtube”, sentencia orgulloso Emilio Cruz. Hay que retrotraerse doscientos cuatro años atrás, nada más y nada menos, para comenzar con la historia de la Real Sociedad Económica y su actual Presidente, aclara que fue en la época de la Ilustración cuando Campomanes creó estas actividades: “La primera fue la Matritense y la segunda surge en Vascongadas y se dejó muy claro que, antes de ser amigos del país, debían ser amigos entre sí. A partir de entonces, todos los lemas que tenemos, como el nuestro que dice: “Enseñando Fomenta”, pues resultan tremendamente parecidos”. Así, desde el año de su creación, en 1816, nuestra Económica, contribuye con sus aportaciones y es de las más vivas. Recuerda Cruz que “se trataba y se trata de una serie de reuniones en las que un grupo de gente pone en común ideas para fomentar las nuevas tecnologías con el fin de facilitar la vida de las personas”.
La Económica, relata Emilio Cruz, tuvo su sede en el Obispado y posteriormente en el Convento de Santa Catalina, que más tarde fue el instituto Femenino. “Con todo ese espacio que se nos cedió, la Económica fue creando el Instituto y dio sitio a la Diputación y así se fueron gestando lugares como la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela de Profesores o la Caja de Badajoz”. En cuanto a ésta última, Cruz rememora que se fundó tras mucho discutir sobre los estatutos, porque en aquella época había un grupo de socios que pertenecía a la Masonería y por otro lado estaban los católicos. “Esa era la situación hasta que entraron dos personas más conciliadoras en la Junta Directiva y sacaron adelante los estatutos”.
Emilio Cruz conoce bien los entresijos de la institución que preside desde 2019, porque, aclara, lleva en la Directiva más de veinte años. Pero se describe como “agricultor y economista” que ha trabajado en empresas y ha formado parte, durante 12 años del Consejo de Administración de la Caja de Badajoz. Siempre muy ligado a sociedades pequeñas relacionadas con el comercio y la agricultura, pero también dedicado a la cultura y a la ilustración.
Como ciudadano pacense en general y como Presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, en particular, he querido saber cómo percibe la situación actual del “Barrio Alto” y asegura ser “un poco pesimista”. “Si lo comparamos con el Casco Antiguo de Cáceres” advierte, “es cierto que le tenemos mucho cariño, se ha mejorado mucho y se ha invertido mucho, pero no lo acabamos de conseguir”. Recuerda un proyecto de Julián Prieto que, según comenta, estaba diseñado para “permeabilizar Badajoz”. Pero desde su punto de vista, “esta zona es un fondo de saco que solo tiene la entrada por la Plaza. No es como otro Casco Antiguo, el de Santiago o Salamanca, por ejemplo, que se atraviesan y se pasa de un lado al otro de la ciudad. El nuestro está como aislado. Tapado por una margen, por la Alcazaba y no hay manera de atravesarlo”. Para Cruz, esta es la clave que condiciona su habitabilidad, junto con la forma y la estructura de sus construcciones debido a los continuos ataques sufridos y resulta muy complicada su rehabilitación. Es cierto, asegura el Presidente de la Económica, que hay una intención de que las cosas cambien, pero por ahora no funciona. “Muchos ciudadanos se han venido a vivir aquí, pero todavía existen muchas zonas decrépitas y además es muy difícil para los constructores trabajar con tantas medidas restrictivas. Tampoco es fácil el acceso aunque existe ese aparcamiento en la zona de Luis de Morales. Aún así, no lo veo con tanta vida como ha sucedido en otros casos como el de León, que lo conocí completamente venido a bajo y ahora se ha conseguido rehabilitarlo por completo”.
Cruz no se aparta, eso sí, de reconocer que algunas cosas han cambiado y que se vislumbra un gran esfuerzo, pero sentencia que “ni si quiera la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, ha significado ese gran cambio que se busca”. Por la noche, asegura, “el Casco Antiguo sigue siendo un lugar incómodo y al que a mucha gente le cuesta trabajo subir. Lo vivimos en la Económica, cuando finaliza algún acto que, hasta que no se llega a Santa Marina, no hay vida a las diez de la noche un día de invierno”.
Antes de salir de la Económica, me gustaría hacerlo con buen sabor de boca. Así que le pregunto por la actual situación y las actividades que se están llevando a cabo por allí. Como es lógico, también ha influido la consecuencia de la pandemia sufrida y Emilio Cruz, asegura que aún así, no ha cesado el movimiento. “Hemos ido manteniendo reuniones periódicas con todas las Económicas que siguen vivas en España y hemos creado un manifiesto en el que analizamos la situación actual y nos ponemos a disposición de la sociedad para ofrecer y aportar soluciones a esta crisis social y económica que ha dejado el Coronavirus”.
Es un problema de convencimiento y de liderazgo. La ciudadanía es bastante indolente y los administradores nunca han tenido una idea -proyecto sobre la ciudad , y menos aún sobre su núcleo histórico.
Entiendo perfectamente a Emilio.